Cuando se formó el imperio, el Emperador otorgó a cada clan un deber para cumplir en su nombre. El deber otorgado al Escorpión es centro de discusión entre los demás clanes, mientras que estos no se pronuncian al respecto. Aparentemente, al Escorpión se le encargó la tarea de proteger los doce Pergaminos Negros, poderosos artefactos utilizados para atar el poder de Fu Leng. Otros creen, no obstante, que el verdadero deber del Escorpión es mantener a los clanes en continua disputa entre ellos, asegurándose de que ninguno consigue la fuerza suficiente como para alzarse en contra del Emperador.
Por esta razón es llamado la Mano Oculta del Emperador, una familia de espías, manipuladores y asesinos que valoran la lealtad por encima de todas las demás cosas. El honor no les es extraño, pero es una herramienta que se utiliza y descarta a conveniencia. Es la daga que golpea desde las sombras y elimina las amenazas antes de que se tornen peligrosas. El Escorpión, no obstante, tiene una amplia definición de “amenaza”, y la verdadera motivación detrás de sus maquinaciones no está del todo clara, por decirlo suavemente. Muchos clanes lo desprecian en consecuencia, aunque su red de chantajes y secretos es tan profunda que pocos pueden oponérseles.

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